martes, 27 de enero de 2015

Vida y muerte

Parranda es el escueto, aunque significativo, título del último poemario de Rafael Courtoisie (Montevideo, 1958), con el que ha conseguido el XIV Premio Casa de América de Poesía Americana. Se trata de un libro unitario, pese a estar articulado en dos partes, pues entre estas existen numerosos vasos comunicantes: “Parranda” –treinta y cuatro poemas titulados lacónicamente con los correspondientes numerales cardinales- y “Otra parranda” –diecinueve composiciones que dialogan con los anteriores en una curiosa polifonía de sentidos y de sonidos-.
El poeta uruguayo, ganador del Premio Loewe en 1996 con Estado sólido, concibe la existencia y la poesía como celebración. La primera, de un mundo que, aunque presente grietas, es el único que tenemos para vivir y disfrutar; la segunda, de la palabra, generadora de un poliédrico ámbito donde se funden sin estridencias alegría y tristeza, fiesta y soledad, vida y muerte, erotismo y lamento, palabra y silencio, misterio y cotidianidad, tradición y presente, dolor y gozo, insatisfacción y plenitud, Hispanoamérica y España.
El conjunto, caracterizado por la musicalidad tanto del metro como del propio léxico, por la ironía y por el humor, supone la inteligente puesta en escena del yo más lúdico y despreocupado que, embebido de un inevitable compromiso ético con el otro, no deja de mostrar en todo momento un respeto profundo a la pluralidad.

Autor: Rafael Courtoisie
Título: Parranda
Editorial: Visor
Año: 2014

(Publicado en Cuadernos del Sur17 de enero de 2015, p. 7)

miércoles, 21 de enero de 2015

Antonio Cabrera: Emoción, mirada e inteligencia

La obra de Antonio Cabrera (Medina Sidonia, 1958) es un caso insólito en los tiempos que corren, en los que se han instaurado la juventud y la rapidez como valores en sí mismos. Si atípico resulta publicar un primer poemario pasados los 40, más lo es hacerlo con el premio Loewe bajo el brazo y con el reconocimiento unánime de crítica, lectores e, incluso, colegas; si no es usual que un debut literario muestre una voz propia y rotunda, menos lo es convertirse, con tan solo cuatro libros, en uno de los poetas imprescindibles de las últimas décadas.
Ahora, la editorial Renacimiento publica, dentro de su colección “Antologías”, Montaña al sudoeste. La cuidada y acertada edición corre a cargo del también poeta Josep M. Rodríguez, quien, además, firma un interesante prólogo fragmentario, “Realidad y conciencia (Ocho invitaciones a la poesía de Antonio Cabrera)”. De esta edición debemos señalar que queda fuera la colección de haikus Tierra en el cielo (2001), por ser, en palabras del propio antólogo, una “obra demasiado cerrada y singular. Paréntesis. Rara avis”. De este modo, el volumen se centra en la columna vertebral de su poesía: En la estación perpetua (Visor, 2000; Premio Loewe y Premio Nacional de la Crítica), Con el aire (Visor, 2004; Premio Ciudad de Melilla y Premio de la Crítica Valenciana) y Piedras al agua (Tusquets, 2010), además de cinco poemas inéditos.
Dueño de una poderosa voz personal, el poeta asidonense afincado en La Vall d´Uixó consigue fundir en sus versos poesía y pensamiento sin la necesidad de recurrir a un lenguaje oscuro y rebuscado ni a la letanía del versículo de carácter visionario, sino que lo logra a través de la intensidad y de la exactitud de la palabra corriente utilizada en el lugar exacto –dando como resultado una condensación semántica que obliga a leer y releer el poema más allá de la aparente sencillez-, de un cuidado verso blanco y de una auténtica y profunda reflexión sobre las relaciones existentes entre el yo que contempla y el fragmento de mundo contemplado en el que discurre su existencia, una naturaleza plena, capaz de reconciliar al hombre consigo mismo y con las grietas del entorno. Mirada y pensamiento se aúnan, pues, para crear todo paisaje, por lo que este tiene, irremediablemente, una dimensión interior. Ante tal evidencia, deben tomarse precauciones para no caer en la confesión sentimental (“canta el alrededor, no hables de ti”) y llegar a una poesía meditativa –no debe ser confundida con pensamiento, pues la palabra poética se sostiene sobre unos principios distintos al pensamiento filosófico: “con la retina del conocimiento no lo mires”-, nacida del desasosiego y de las interrogantes que conforman la existencia, y sustentada en una profunda emoción, que es la vía para entender el misterio del mundo, pues “comprendemos no por explicación, sino por emoción”.
Así, tenemos las tres palabras medulares de la obra de Antonio Cabrera, como advierte Josep M. Rodríguez: emoción, mirada e inteligencia, cimientos sobre los que se levantan poemas excelentes como “El obstáculo”, “Sobre un verso de Stevens”, “Poesía y verdad”, “L´illa dels pensaments”, “Homenaje a Joan Vinyoli”, “Participación”, “El cuidado del fuego”, “Montaña al sudoeste”, “El alrededor” y “Avance de nube”.
Debemos, por tanto, congratularnos de una publicación necesaria, con la que el lector puede hacerse una idea bastante fiel de la altura, de la intensidad y de la coherencia de una de las trayectorias más sólidas de la poesía del siglo XXI.

Autor: Antonio Cabrera
Título: Montaña al sudoeste
Editorial: Renacimiento
Año: 2014

(Publicado en Cuadernos del Sur, 17 de enero de 2015, p. 6)  

lunes, 12 de enero de 2015

Un yo colectivo

Después de un inicio más que prometedor con Rua dos douradores (Premio Adonáis en 2001 y Premio Andalucía de la Crítica a la Ópera prima en 2003), Adrián González da Costa (Lepe, 1979) publica Por el sueño afuera, poemario que le ha valido el XVIII Certamen Literario de la Universidad de Sevilla. En estos doce años de silencio poético, no solo se ha dedicado a la traducción de poesía portuguesa y a una tesis doctoral sobre poetas lusos del siglo XVI, sino que ha ido modulando y depurando un discurso más sutil e incómodo para el lector, al que exhorta en los últimos versos: “Y ni todo el jabón ni el perfume del mundo podrá desterrar ese hedor que os delata como aquello que sois, / oh, hipócrita lector”.
Con un cuidado verso blanco –excepción hecha del poema final, “Bicho meticuloso”, escrito en verso libre-, que sirve de cauce para una poesía nacida de los pequeños detalles, de la memoria y de las fallas que articulan nuestro mundo, el poeta onubense acude a un yo poético que, inmediatamente, se convierte en un sujeto colectivo (“todos sois como yo, exactamente como yo, ni más ni menos, como yo, / por más que lo neguéis moviendo lentamente la cabeza al leer estas líneas, como yo”). Así, aborda la soledad del ser humano en las grandes ciudades (“De su letra sin fondo”), los miedos más íntimos (“Agua de noche”), la muerte de los seres queridos (el recuerdo reincidente de la madre es la argamasa de algunos de los mejores poemas del conjunto: “La vuelta a casa”, “Por vez primera”, “Al final de ese otoño” o “Frente a la vida”) o las miserias del hombre de hoy (“Por detrás de la mesa", “Esperaban la olas”, “La manzana que muerdes”, “El vuelo de las aves” o “Ella viene hacia mí”).

Autor: Adrián González da Costa
Título: Por el sueño afuera
Editorial: Universidad de Sevilla
Año: 2014

( Publicado en Cuadernos del Sur, 20 de diciembre de 2014, p. 7)