miércoles, 4 de septiembre de 2013

"Marcas y soliloquios", nueva antología de Caballero Bonald



Con motivo de la concesión del Premio Cervantes a Caballero Bonald el pasado mes de noviembre, se multiplican en los anaqueles de las librerías reediciones y antologías del escritor jerezano. Marcas y soliloquios, nacida con la intención de difundir la poesía de este poeta que también ha cultivado la novela, las memorias y el artículo, es una de ellas. La selección de los textos, bastante acertada en la medida en que permite al lector menos familiarizado con la poesía bonaldiana hacerse una idea de su evolución poética, corre a cargo del poeta y crítico jienense Juan Carlos Abril, quien, para ayudar a semejante propósito, firma un esclarecedor prólogo. “Escritor discontinuo, o a rachas”, como él mismo se define, Caballero Bonald es uno de esos creadores extraordinarios que consigue sobrevivir a su época y que, más allá de las modas estéticas, permanece como referente para las generaciones siguientes. Quizá su permanencia se justifique en la defensa de una ética estética. El compromiso se manifiesta inevitablemente en el modo como nos relacionamos con el fragmento de mundo en que nos ha tocado vivir y en la personal mirada que le da sentido a lo que nos rodea. Autor de once poemarios, número que según el propio autor no parece que vaya a incrementarse, su poesía ha atravesado diversas etapas o ciclos, si seguimos la terminología de Abril. El carácter metafísico de sus inicios (Las adivinaciones, Memorias de poco tiempo y Anteo) se convirtió en un tono mucho más comprometido, aunque sin llegar a ser demagógico ni panfletario (Las horas muertas y Pliegos de cordel), y en un cierto barroquismo tanto en la concepción del mundo como en la formulación del discurso lírico (Descrédito del héroey Laberinto de Fortuna), antes de desembocar en sus cuatro obras de plenitud: Diario de Argónida (1997), Manual de infractores (2005), La noche no tiene paredes (2009) y Entreguerras o De la naturaleza de las cosas (2012). Un legado a la altura de muy pocos.

(Publicado en Cuadernos del Sur, 13 de julio de 2013, p. 7)

No hay comentarios:

Publicar un comentario